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Juan José Estellés Ceba

PREMIO A LA TRAYECTORIA PROFESIONAL 1997-1998

El 22 de diciembre de 2010, el Patronato Lluís Guarner de la Generalitat Valenciana otorga a Juan José Estellés Ceba el que fue su último galardón público, el XXI Premi Lluís Guarner, que lo reconoce como «un maestro y un docente que no ha perdido el sentido de la curiosidad por todo aquello que tiene que ver con la cultura, ni ha perdido tampoco el compromiso con una sociedad más habitable». Precisamente esa curiosidad y ese compromiso ciudadano conforman los principales rasgos de su trayectoria, tanto vital como profesional, que, en su caso, resultan facetas de acusada coherencia y vinculación directa.

El género biográfico despierta recelo entre historiadores e investigadores por la visión legitimadora y apologética que transmite, pero también resulta válido para articular en un mismo texto el tiempo del personaje objeto de la biografía y un tiempo histórico concreto a relatar. Esta perspectiva es la que se ha pretendido plasmar para dar cuenta de cómo la arquitectura moderna se introdujo en nuestro entorno, y de cómo el análisis de la trayectoria vital, intelectual y profesional de Juanjo Estellés, protagonista en este hecho, puede ayudar a conocer mejor la configuración de aquel proceso trascendente en nuestra profesión.

La familia de Juanjo, emplazada en Madrid a inicios de los años treinta, y de tradición republicana, anticlerical y reformista, eligió, para la formación de sus hijos, a la Institución Libre de Enseñanza, que impartía una enseñanza aconfesional, integral y activa, y propugnaba la educación como principal instrumento de reforma social y cultural del país. Estos mismos principios inspiraron el programa educativo de la Segunda República española.

De vuelta en Valencia al iniciarse la guerra para finalizar sus estudios de bachiller, en sintonía con los ideales políticos de izquierdas y el elevado grado de compromiso social de su familia, se afilia a la Federación Universitaria Escolar (FUE), cuyo ideario y propuesta de modelo pedagógico coinciden con los que componen su formación inicial. De esta manera Juanjo comienza a forjar principios y lazos de amistad y compañerismo que, como veremos, le acompañarán durante toda la vida.

Tras concluir sus estudios de Arquitectura en Barcelona, regresa a Valencia y, junto a sus amigos de juventud, renueva ideales y compromisos políticos, en una época en la que se comienza a reivindicar una cultura diferente a la oficial, lo que da lugar a la creación de iniciativas que procuran revitalizar el panorama cultural y eludir el control de la censura.

Surge así, a finales de 1956 —y, no lo olvidemos, en una ciudad de provincias poco permeable al proceso de renovación citado—, el Grupo Parpalló, que, de la mano del joven crítico Vicente Aguilera Cerni, propugna la integración de las artes y una renovación del lenguaje artístico basada en la abstracción como vía para conectar con las vanguardias europeas contemporáneas.

Como discípulo de Giulio Carlo Argan, y con base en el pensamiento marxista, Aguilera Cerni se identifica con la tradición artística de la Bauhaus; sobre todo con los aspectos éticos, interdisciplinares, objetivos y experimentales que la caracterizaban. Esta invitación a establecer una dinámica interdisciplinar, explícita desde un primer momento, obsesiona al colectivo y propiciará la rápida incorporación al grupo de varios arquitectos e interioristas.

Al mismo tiempo que finaliza su etapa en este grupo artístico, Juanjo parece tener claro qué arquitectura quiere hacer, de modo que se observa un punto de inflexión en su carrera e inicia la época más fecunda y de mayor calidad en sus trabajos profesionales. Comprometido con el objetivo de integración de las artes, cuenta con la colaboración de diversos miembros del Grupo a la hora de diseñar sus edificios. José Martínez Peris, Nassio Bayarri, José Esteve Edo y, en especial, Andreu Alfaro, a quien conoce desde niño, participan en varias de sus construcciones, incluso una vez disuelto el colectivo.

La urbanización Ciudad Ducal de Gandía, el colegio mayor de la Presentación y Santo Tomás de Villanueva, el seminario para los hermanos maristas de Castelnovo, el instituto La Anunciación y la parroquia del Patriarca San José, el edificio de viviendas en la calle General Palanca o el Centro de Rehabilitación de Levante, entre otras obras, se finalizan entre los años 1960 y 1967, y dan muestra de una clara y decidida actitud estética renovadora.

La arquitectura de Juanjo se propone desde una visión crítica de la arquitectura capaz de afrontar con realismo (técnico, económico y cultural) los problemas de valoración estética y funcional de la obra, así como la actitud ética del arquitecto y la necesidad de revitalizar, reformar y redefinir su papel social como forma de conocimiento y expresión de las realidades más humildes, al ofrecer espontaneidad, praxis, tradición, artesanía y atención al detalle. De esta forma, su arquitectura se puede inscribir en la corriente del neorrealismo italiano, tanto por su formación y vinculación geográfica como por una mayor posibilidad real de intervención directa respecto a los ideales de progreso social y compromiso ciudadano que Juanjo siempre tuvo como referencia.

En aquel momento histórico, las medidas liberalizadoras del Plan de Estabilización de 1959 sientan las bases de una etapa de desarrollo económico que se extenderá hasta la crisis del petróleo de los años setenta. Los motores de este impulso económico son la generación de una industria ligera de bienes de consumo y el turismo. En este periodo de modernización se acusa un gran incremento de la construcción, pero de escasa calidad en la mayor parte de las iniciativas promotoras, pues buscan rendimientos inmediatos a una inversión inmobiliaria que pronto alcanza cotas de mera especulación. Ello supone la adaptación a los métodos constructivos capaces de atender las urgentes demandas turísticas y urbanizadoras.

En Valencia, este proceso se acelera a partir de la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1966, que impulsa de forma definitiva el sector de la construcción. Se produce entonces una rápida e importante densificación de la ciudad que ignora las necesidades ciudadanas respecto a equipamientos y espacios verdes.

Juanjo, que en esos momentos dirige uno de los principales despachos de arquitectura de la ciudad, no comparte ni los resultados ni las formas de este proceso, en el que la labor del proyectista es un mero trámite administrativo. Juanjo aprecia la transformación a la que se ve abocada la profesión y decide que «había llegado el momento de completar mi vida con una serie de actividades artísticas e ideológicas que me gustaran».

La Comisión de Cultura del Colegio de Arquitectos es el primer escenario oportuno para poner en marcha un proyecto personal de difusión y propagación de la cultura que entronca con el objetivo de renovación de la ciudadanía de la Institución Libre de Enseñanza.

Es decir, renueva su compromiso social y ético con sus ideales republicanos por medio de actuaciones concretas, que persiguen convertir la arquitectura en una referencia para la ciudadanía. En ello colabora con sus amigos Emilio Giménez y Tomàs Llorens, con quienes organiza diversas actividades, como exposiciones, conferencias, seminarios, happenings, teatro experimental, entre otras, que procuran revitalizar la actividad cultural no solo del colectivo de arquitectos, sino de la ciudad.

En esas mismas fechas se pone en marcha la iniciativa de crear la actual Escuela de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València (ETSA-UPV). Román Jiménez invita a Juanjo a participar como docente, y este encuentra en la Escuela la posibilidad de conseguir un mayor alcance, pues es un medio idóneo para transmitir su proyecto personal de propagación cultural. Se despierta así una vocación docente que nunca lo abandonará y que quizá antes ya practicaba de manera inconsciente.

La crisis de los años setenta, que provoca de nuevo enormes cambios en el ejercicio profesional, da al cierre con su estudio de arquitectura. Las nuevas generaciones de arquitectos, titulados ya en Valencia, con ímpetu renovado, tomarán el relevo en la construcción de la ciudad, aunque él continuará ejerciendo su oficio con idéntica generosidad y apasionamiento en el campo de la restauración.

Colabora con Manuel Portaceli en la rehabilitación de las salas de exposición del Ayuntamiento de Valencia, en la restauración del palacio de los Condes de Berbedel y del Teatro Romano de Sagunto, junto a Giorgio Grassi, y aporta en la dirección de estas obras su dilatada experiencia y su vasto conocimiento constructivo.

Entre sus últimos trabajos se encuentra una cuidada y rigurosa restauración de la iglesia de los Santos Juanes de Valencia.

Siempre estuvo dispuesto a colaborar en cualquier acción colectiva, e igual de presto a intervenir en la preservación del patrimonio, en barrios como el del Carmen o el Cabañal o en edificios singulares como Tabacalera. Resultaba fácil encontrarlo en las movilizaciones que en nuestra ciudad reivindicaran una mayor atención a los problemas urbanos y de los vecinos, verdadera motivación y perenne compromiso ético que impulsó a Juan José Estellés en sus múltiples actividades. Juanjo cultivó con ánimo sincero la amistad y vivió su tiempo con naturalidad y coherencia. Su enjuta y elegante figura translucía una incuestionable autoridad moral basada en esa inmensa cultura cívica que a diario practicaba y ofrecía con generosidad.

Al analizar su trayectoria, tanto vital como profesional, podría aplicársele de manera ajustada la siguiente cita:

No todo el mundo sintoniza de la misma manera con su época […]. Unos rechazan el tiempo que les ha tocado vivir, otros lo ignoran […]. Pero los hay que encuentran en su tiempo la semilla y el caldo de cultivo de sus ideas, de sus proyectos y de su trabajo.

OBRAS DESTACADAS

1961
Grupo de viviendas DUCAL (Tipos E, F y G), Gandia (Valencia)
Edificio de viviendas en Gran Vía Ramón y Cajal núm. 31, Valencia
Vivienda unifamiliar propia, en camino del Mas de Camarena núm. 15, Godella (Valencia)

1962
Colegio Mayor de la Presentación y Santo Tomás de Villanueva, en calle Pintor Sorolla núm. 17, Valencia
Seminario para los Hermanos Maristas, Castelnovo (Castellón)

1963
Centro Parroquial de San José Patriarca e Instituto filial “La Anunciación”, en la avenida del Puerto, Valencia
Edificio MIR, en avenida Primado Reig, Valencia

1966
Edificio de viviendas en calle General Palanca núm. 3, Valencia

1967
Centro de Rehabilitación de Levante, en camino Brocheros, San Antonio de Benagéber (Valencia)

1968
Estadio de fútbol del Levante U. D., en calle San Vicente de Paúl, Valencia

1971
Vivienda unifamiliar para Javier Marco, en Urbanización San Gerardo, Liria (Valencia)

1973
Vivienda unifamiliar para Vicent Ventura, en urbanización San Gerardo, Liria

1974
Convento de las religiosas agustinas de Santa Tecla, en partida del Realón, Picassent (Valencia)

1976
Guardería de las Teatinas de la Inmaculada Concepción, en calle Ricardo Micó núm. 26, Valencia

1977
Edificio social y asistencial de la Asociación Naviera Valenciana, en calle Doctor Lluch núm. 2, Valencia

1978
Edificio de viviendas en calle Cura Planells núm. 13, Valencia

1979
Centro de Enseñanza General Básica de ocho unidades para las Teatinas de la Inmaculada Concepción, en calle Periodista Alfredo Calderón, Valencia

1986
Estudio previo y tres fases de Restauración de la Iglesia de los Santos Juanes, Valencia

1992
Almacén, laboratorio y oficinas para la Filmoteca de la Comunidad Valenciana, en Parque Tecnológico de Paterna (Valencia)

1993
Teatro Romano de Sagunto (dirección de obras junto a los autores del proyecto: Manuel Portaceli y Giorgio Grassi), Sagunto (Valencia)

(Texto de José Ramón López Yeste y Listado de Obras destacadas extraídos de la publicación MESTRES. ARQUITECTURA MODERNA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA, de José Fernández-Llebrez Muñoz. Fundación Arquia [colección arquia/temas n 44], 2021 [ISBN 978-84-124459-0-9])

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