ENRIQUE ZARZO MARTÍNEZ Y ÁNGELA CARDIEL CASADO (RAUM 41-42)
Localización: València
Técnico colaborador: Marcos Cortés
Fotografía: Daniel Rueda
El espacio existente no es más que un contenedor, desnudo, con sus propios atributos, dentro del cual buscamos intervenir introduciendo un sistema nuevo, una estructura exenta y autónoma, que genere sus propias “leyes”.
Los módulos de 2.30x2.30x2.30m que la forman, se desplazan en horizontal uno respecto a otro dando lugar a una nueva variable escalar, en planta y sección, desde la fachada, que altera sus límites para ceder espacio a la ciudad, hasta el patio. Ojalá este sistema creciese hasta el infinito…
Un sistema no terminado a la espera de ser colonizado por el producto estrella, la mochila RIBAGS, que suspendida del bastidor, sale al encuentro del usuario, como colgada a la espalda de cuerpos invisibles. De esta forma, la mochila se puede ver desde todos sus ángulos, en un giro de 360 grados sobre sí misma. Favoreciendo una relación producto-usuario dinámica e interactiva.
Funcionalmente todo está en la mochila. Espacialmente, todo está en el sistema, en la indeterminación y ambigüedad de los espacios, en las diferentes densidades y grados de apertura que la posición de soportes, con diferentes tamaños y secciones, genera.
Plantear, y no terminar de definir un espacio implica, para nosotros, apertura de usos y posibilidades del espacio mismo, activado por el usuario, según sus necesidades a lo largo del tiempo.
Texto de los autores