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Let the seasons begin


MIRIAM BERMEJO GONZÁLEZ
Situación: Puerto de València
Universidad: Escuela Técnica Superior de Arquitectura - UPV

“La primera vez que fui a la dársena del Puerto de Valencia no la recuerdo.

Quizás tuviera tres años y me llevase mi madre de paseo un domingo, o quizás fuese por vez primera de adolescente a salir por un lugar distinto de por donde solía salir en aquella época.

Bien sé que estuve allí un día paseando cerca del mar y otro también yendo en bicicleta. Sé que cogí un barco que me llevó lejos de mi ciudad en vacaciones y sé que me bañé en unas aguas no muy limpias un mediodía de junio. Pero también sé que no era un lugar que soliera frecuentar.

Más bien mis visitas allí fueron algo excepcionales.

Recuerdo el frío y el viento estacional, las vistas amplias sobre el mar, y los edificios residenciales que parecían de repente terminar al acercarse al agua, como temiéndola.

La imagen grabada en mi memoria de barcos y mástiles, grúas que rasgaban el cielo, un gran contraste entre la verticalidad de los objetos y la horizontalidad de las olas.

Y el COLOR BLANCO de la espuma y las velas.

Pero nada que ver con el mar de Sorolla.

Todo mucho más anodino por aquél entonces... UN ESPACIO CASI SIN ATMÓSFERA.”

Más tarde, cuando volví a este lugar con los ojos de la Arquitectura para preparar este proyecto que aquí se presenta, vi el lugar sin la inocencia de la primera visita y tuve que ORDENAR uno a uno todos los pensamientos que se agolparon unos tras otros en

EL GRAN LIBRO DE PREGUNTAS SIN RESPUESTA.

LA PREMISA: crear un espacio cubierto de 10.000 m² en la dársena del puerto de Valencia junto con un espacio urbano descubierto de otros 10000 m².

Esta superficie coincide aproximadamente con la del icónico edificio de David Chipperfield, hoy día vacío o usado para acontecimientos de gran rango.

Las bases de los equipos participantes en la Copa América también están ahí, impertérritas y cerradas al mundo, creando un frente marítimo que no responde a la ESENCIA de una ciudad que llega al mar.

Fueron pensadas como arquitecturas temporales y este proyecto así lo entiende y por ello se eliminarán de la propuesta.

Y es que los edificios emblemáticos de la dársena, al haber sido invadido su espacio aledaño por edificios que han servido para albergar grandes eventos, han perdido su notoriedad, su escala, su perspectiva y su espacio inmediato que los hacía ser visibles y atractivos para la población.

¿Queremos realmente otro espacio para multitudes, obsoleto, anacrónico, megaestructural, asociado a un gran acontecimiento y que esté carente de futuro?

De qué peca este espacio para que no se ocupe debidamente?

¿La dársena en sí misma no es un espacio para multitudes?

¿Un espacio vasto en otro emplazamiento podría ser una solución o es anacrónico ya el concepto de “megaespacio” en los tiempos en que vivimos?

REDEFINIR LOS USOS de manera pormenorizada para cada uno de estos edificios  históricos sería lo óptimo. Con una buena labor de gestión muchos de estos espacios podrían encontrar un futuro.

Pero no si antes no se hace un tratamiento especial sobre tres aspectos:

Uno, LA COTA CERO sobre la que se sustentan, es decir, sobre el espacio público que los envuelve: calle, paseo, plaza, terrazas, etc.

Dos: sobre la ACCESIBILIDAD que presentan como medio de llegar hasta ellos desde diferentes puntos de la ciudad y en diferentes medios de transporte.

Y en tercer lugar: trabajando EL ASPECTO PAISAJÍSTICO que ofrecen a la ciudad como elementos de borde y de los que cabe esperar cierta continuidad de tejido, de imagen, de materialidad.

Quizá las necesidades en la propia dársena sean menos ambiciosas. Quizá lo que necesitemos al acercarnos al mar sea poder respirar abiertamente, encogernos ante la amplitud del espacio, recrearnos en el infinito del horizonte, sentir el vacío, oler el mar, mojarnos con las olas...

Quizá el principal problema esté MÁS ALLÁ de la propia dásena y debamos abrir el campo de visión y centrarnos en su entorno más cercano.

Cuando “los árboles no nos dejan ver el bosque”, hay que salir del mismo y MIRAR DESDE OTRO PUNTO DE VISTA lo que vemos y más importante aún,

lo que no se llega a ver.

Texto de la autora

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