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Cementerio tanatorio crematorio en Sagunto

MENCIÓN


ALEJANDRO GÓMEZ VIVES
ETSAV - Universidad Politécnica de València

Una colina con pinos...
Una ermita blanca...
Un barranco...
Un camino histórico...
Un castillo de una ciudad romana al sur...
Una autopista ruidosa al noroeste...
Un PAI al este...
Huertas de naranjos al suroeste...
Y montañas al oeste...
Un entorno complejo, sin ningún tipo de duda, pero con grandes posibilidades.

Abancalamiento del terreno ascendiendo de sureste a noroeste, hasta llegar a la base de la colina, donde aparecen los primeros pinos. Se opta por aprovechar esta configuración del terreno para así evitar grandes movimientos de tierra. Se generan unos nuevos bancales, donde los bloques de nichos contienen las tierras y van surcando la falda de la colina configurando líneas quebradas, en cuyos quiebros aparecen las escaleras. Emergen unos grandes voladizos de la tierra que dan cobijo a los que ya no están, y generan una sombra, un lugar de recogimiento para los visitantes. Los bancos se disponen perpendicularmente a los nichos creando pequeñas plazas acompañadas de cerezos y permitiendo una libre deambulación de la gente.

El edificio del tanatorio se dispone en la parte noroeste, aprovechando que hay un menor desnivel entre el camino del Cano y la colina. De esta forma se puede acceder a la parte privada del edificio desde ese camino. El público accede al tanatorio desde la cota +67.00, entre el edificio y los pinos, llegando a una plaza cubierta, que se abre hacia el sur con el telón de fondo de Sagunto, las huertas de naranjos y las montañas. Desde arriba es como si el cementerio desapareciera y se convierte visualmente en un jardín. A su vez, esta disposición del edificio evita que entre a competir directamente con la ermita de San Cristófol que preside la cumbre de la colina. Desde la plaza cubierta se puede acceder tanto al tanatorio como a la capilla, la cual posee una gran abertura hacia los pinos, introduciendo en su interior la naturaleza mediterránea.

También se ha dado respuesta a la interferencia del camino de ascensión a la ermita con la parte de parcela situada a su este, generando un puente, que a modo de umbral marca el inicio de la ascensión y a su vez conecta la parte de los panteones familiares con el resto del cementerio.

Toda la intervención se resuelve con hormigón armado blanco encofrado con tablilla de abedul. Aquí estructura, construcción y espacio se funden en un todo indisoluble.

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