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Centro de documentación arquitectónica

PREMIO


SERGIO BRUNS BANEGAS
Universidad Politécnica de València

El centro de documentación arquitectónica se ha planteado como un edificio elástico, cuyos espacios son capaces de crecer y decrecer según las necesidades. Así, la sala de proyecciones se puede abrir al salón de conferencias, convirtiéndose de esta manera en su palco. A su vez, una de las salas de exposiciones se puede anexionar a la sala de conferencias, ampliando de esta manera su capacidad. Gracias a las gradas retractiles, la sala de conferencias se puede convertir en sala de exposiciones, ampliando así su superficie. A su vez, la zona WiFi amplia la capacidad de la biblioteca al dar acceso virtual a toda la documentación.

En un edificio de tal envergadura hay que pensar en el tema económico, es decir, como se va a mantener y como se podría explotar. Esta es una de las razones por las que se plantea el concepto del edificio elástico, pues de esta manera es mucho más sencillo asegurar su completo uso. A su vez, al funcionar como un foro, tendrá siempre transito de gente, lo que supone mas ingresos. A esto hay que sumar la posibilidad de sectorizar el edificio, de manera que las partes del edificio que no estén en uso no supongan un gasto añadido y se puedan abrir determinadas zonas del edificio sin necesidad de hacer funcionar a todo el complejo. A esto hay que añadir la posibilidad de un control único, minimizando así en gastos.

También son importantes las relaciones que se establecen entre los distintos espacios. No funcionan de manera autista, sino que se aprovechan de la actividad de las zonas anexas, logrando de esta manera ser espacios mucho más vivénciales, en continuo movimiento. Así, la zona WiFi se aprovecha de la cafetería y viceversa. A su vez, la gente de la residencia puede acceder directamente a la cafetería, pasando allí parte de su tiempo de ocio. Las aulas se abren al vestíbulo de la sala de conferencias, estando de esta manera los alumnos siempre vinculados a los actos que se celebren.

Pero hasta ahora solo he comentado temas funcionales, datos que se manejaron desde un inicio como parte de un enunciado de elaboración propia. 

Se trata de un edificio de un marcado carácter espacial, y como tal, elaborado desde el espacio, no desde la planta. Imaginémonos recorriéndolo.

Bajamos por la rampa de acceso, y al fondo, entre los muros de tierra que conforme avanzamos cada vez se van tirando más sobre nosotros, vemos el cauce. La luz cae linealmente desde las aperturas en la cubierta. Luz-sombra-luz-sombra-… Al comenzar a bajar veíamos a la gente trabajando arriba, en el puente. Pero ahora estamos bajo él, conforme avanzábamos y nos adentrábamos en el edificio, paradójicamente íbamos perdiendo de vista lo que sucede en el interior, lo que nos hace aumentar la curiosidad. Bajo las oficinas, entramos entre dos muros de tierra al recinto. Pero antes de entrar, un rayo de luz ilumina la entrada. Entramos y a la izquierda vemos la biblioteca. Giramos la vista atraídos por la luz y vemos un amplio espacio con gente trabajando con sus portátiles y tomando café o comiendo unas patatas bravas. Como un cañón, el hormigón pasa por encima de nuestras cabezas entre el terreno. Esa gran caja de hormigón parece flotar a pesar del sentido de gravidez que nos da dicho material. Entramos en los archivos y de pronto se nos abre el espacio. Pero no se trata de una doble altura simplemente, pues el suelo empieza a ascender para conducirnos al exterior. Si entrásemos desde fuera, veríamos como el suelo entra y pasa poco a poco por debajo del hormigón. Como si un plano esquivase al otro, deslizándose entre ellos. Subimos a la biblioteca y nos encontramos dentro del cañón de hormigón blanco y al fondo el paisaje enmarcado en una panorámica. Conforme nos queremos acercar al fondo, el techo va bajando en altura, y cuando nos sentimos comprimidos, de pronto, se nos abre todo el paisaje. A los laterales vemos como la luz resbala por los paramentos vegetales.

Decidimos ir a las oficinas, llegamos al paso central y desde allí podemos controlar toda la gente que pasa. Ahora bajamos por las escaleras para dirigirnos a la zona de exposiciones. Empezamos a andar bajando por la rampa. Parece que nos estemos adentrando dentro del terreno. La altura de los paramentos verticales es considerable. Se trata de un pasillo angosto. Los altos muros se nos echan encima y entonces,…, se nos abre un gran espacio. Una zona mucho más oxigenada e iluminada. Dos rampas se cruzan. La más grande sube y se va ensanchando dando una sensación de sosiego y tranquilidad. Se trata de un espacio muy abierto. En cambio, si decidimos bajar todavía más, el espacio se va estrechando más, aumentando la sensación de desasosiego. Finalmente, recorremos el último tramo de la sala de exposiciones, al final vemos una estrecha luz y salimos por esa pequeña abertura.

Empieza una conferencia muy importante. Esperamos en el amplio vestíbulo, ampliamente iluminado por dos de sus lados. Se abren hacia arriba las puertas y entramos. Asomamos la vista arriba, y vemos como una compuerta se abre, mostrándonos otros espectadores en la parte superior. Finalizada la visita, decidimos bajar por el paso central para volver andando por el cauce hasta casa.

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